This a space to share my point of view about different and random things that I live/ Simplemente un espacio abierto para compartir lo random que puede ser la vida.
martes, 17 de marzo de 2009
viernes, 6 de marzo de 2009
Un poco de mi historia
Mi historia comenzó el 10 de noviembre de 1987, en Caracas, Venezuela. Hija única de Iraima Aponte y de Abimael Ramírez, mezcla de varias generaciones de ancestros europeos con venezolanos, producto del mestizaje de la colonia y salpicada por la época de los 60 donde gran parte del mundo quiso ser parte de lo denominado “boom petrolero” Son hechos que aisladamente han impactado mi vida.
Durante la época primaria estudié en un colegio privado de origen Italiano, donde las clases eran en italiano y ese era el idioma principal, luego me mudé con mis abuelos paternos, puesto que mi madre tenía que viajar por asuntos de negocios. Es necesario acotar que mis abuelos entregaron gran parte de su vida a la docencia, siempre dedicaron su tiempo a alimentar la semilla del conocimiento en mí, en algún punto entre Moby Dick y Gabriel García Márquez sorpresivamente llegó la secundaria cuando pasé a estudiar en una institución del estado donde las clases son en español, donde conoces la realidad de tu país, donde tu compañera de clases a los 14 años sale embarazada, donde terminar el colegio y salir ileso de las drogas es un gran logro para la sociedad. Allí aprendí lo que en televisión llaman “la crisis del venezolano” y las necesidades de mi país. Pero el sistema cada vez fue empobreciendo y mis abuelos deciden cambiarme de institución educativa a otra privada para finalmente terminar los estudios, este instituto de origen católico, dirigido por el sacerdote de la parroquia, estudian en su mayoría las personas de clase media allí aprendí que hay que preparase para el futuro, que el camino no es fácil, que la competencia es ardua y que siempre tengo que dar lo mejor de mí.
En ese momento, a los 16 años entendí que tenia que luchar por un lugar en la universidad, porque hay poca oferta y mucha demanda. Así llegué a la escuela de Comunicación Social de mi actual casa de estudios de la cual fui rechazada, sin embargo obtuve el puntaje necesario para la escuela de Derecho, comencé con la idea de cambiar al siguiente período, pero me fue muy bien obteniendo altas calificaciones (19 de 20 puntos) en el primer año, así que decidí continuar mi camino. Descubrí el significado de ser parte de varias asociaciones estudiantiles, organizaciones para ayudar a la sociedad, enseñanza a los más necesitados, y lidericé varios equipos con la idea de realmente hacer un cambio. Así pasaron 3 años de carrera sumergida en códigos, constituciones y leyes cuando decido comenzar a estudiar inglés de manera formal y al pasar un año obtengo el título de “interprete del idioma inglés” definitivamente uno de los momentos más felices de mi vida.
Al cabo de un mes, una compañera de clase me habla sobre una organización que hace intercambios ayuda a la sociedad y hablan en inglés (¿¿?¿?¿?¿?) llamada AIESEC y la gente se llama así mismos “AIESECas y AIESECos” … así tropezó con mis narices… Me inscribí y acudí al proceso de selección, aunque no tenia idea de nada, no sabia que era, que iba a hacer, para que servia. Sólo sabía que quería ayudar, trabajar y practicar el inglés.
Actualmente han pasado 2 años llenos de procesos fuertes, he aprendido de mi misma, de otros, de la enseñanza, he sentido la motivación y la desmotivación, he llegado mas allá de mis propias fronteras y recientemente he decidido que quiero dedicar mi vida a ayudar a otros, bien a través del mundo jurídico o no, desde viajes o mi casa, fundaciones o grandes empresas, sueños o realidades, pero siempre aportando un granito de arena a esta necesitada sociedad.
Por otro lado quiero comentar que en mi tiempo libre me dedico mucho a leer, escuchar música, salir con amigos, conocer otras culturas, historias y sabores; Ver fotografías, reflexionar sobre las distintas formas de relacionarse del ser humano, enseñar, dar clases, ver los colores, comer chocolates y observar programas sin sentido en la televisión.
Finalmente a nivel profesional me describiría a mi misma como una persona organizada, reflexiva, sencilla, extremista, planificadora, indecisa, con virtudes y debilidades que me hacen pensar que estoy en el momento correcto en el lugar correcto lista para aportar lo mejor de mí y vivir nuevas experiencias.
Seguimos en contacto,
Thaís Ramírez.
Durante la época primaria estudié en un colegio privado de origen Italiano, donde las clases eran en italiano y ese era el idioma principal, luego me mudé con mis abuelos paternos, puesto que mi madre tenía que viajar por asuntos de negocios. Es necesario acotar que mis abuelos entregaron gran parte de su vida a la docencia, siempre dedicaron su tiempo a alimentar la semilla del conocimiento en mí, en algún punto entre Moby Dick y Gabriel García Márquez sorpresivamente llegó la secundaria cuando pasé a estudiar en una institución del estado donde las clases son en español, donde conoces la realidad de tu país, donde tu compañera de clases a los 14 años sale embarazada, donde terminar el colegio y salir ileso de las drogas es un gran logro para la sociedad. Allí aprendí lo que en televisión llaman “la crisis del venezolano” y las necesidades de mi país. Pero el sistema cada vez fue empobreciendo y mis abuelos deciden cambiarme de institución educativa a otra privada para finalmente terminar los estudios, este instituto de origen católico, dirigido por el sacerdote de la parroquia, estudian en su mayoría las personas de clase media allí aprendí que hay que preparase para el futuro, que el camino no es fácil, que la competencia es ardua y que siempre tengo que dar lo mejor de mí.
En ese momento, a los 16 años entendí que tenia que luchar por un lugar en la universidad, porque hay poca oferta y mucha demanda. Así llegué a la escuela de Comunicación Social de mi actual casa de estudios de la cual fui rechazada, sin embargo obtuve el puntaje necesario para la escuela de Derecho, comencé con la idea de cambiar al siguiente período, pero me fue muy bien obteniendo altas calificaciones (19 de 20 puntos) en el primer año, así que decidí continuar mi camino. Descubrí el significado de ser parte de varias asociaciones estudiantiles, organizaciones para ayudar a la sociedad, enseñanza a los más necesitados, y lidericé varios equipos con la idea de realmente hacer un cambio. Así pasaron 3 años de carrera sumergida en códigos, constituciones y leyes cuando decido comenzar a estudiar inglés de manera formal y al pasar un año obtengo el título de “interprete del idioma inglés” definitivamente uno de los momentos más felices de mi vida.
Al cabo de un mes, una compañera de clase me habla sobre una organización que hace intercambios ayuda a la sociedad y hablan en inglés (¿¿?¿?¿?¿?) llamada AIESEC y la gente se llama así mismos “AIESECas y AIESECos” … así tropezó con mis narices… Me inscribí y acudí al proceso de selección, aunque no tenia idea de nada, no sabia que era, que iba a hacer, para que servia. Sólo sabía que quería ayudar, trabajar y practicar el inglés.
Actualmente han pasado 2 años llenos de procesos fuertes, he aprendido de mi misma, de otros, de la enseñanza, he sentido la motivación y la desmotivación, he llegado mas allá de mis propias fronteras y recientemente he decidido que quiero dedicar mi vida a ayudar a otros, bien a través del mundo jurídico o no, desde viajes o mi casa, fundaciones o grandes empresas, sueños o realidades, pero siempre aportando un granito de arena a esta necesitada sociedad.
Por otro lado quiero comentar que en mi tiempo libre me dedico mucho a leer, escuchar música, salir con amigos, conocer otras culturas, historias y sabores; Ver fotografías, reflexionar sobre las distintas formas de relacionarse del ser humano, enseñar, dar clases, ver los colores, comer chocolates y observar programas sin sentido en la televisión.
Finalmente a nivel profesional me describiría a mi misma como una persona organizada, reflexiva, sencilla, extremista, planificadora, indecisa, con virtudes y debilidades que me hacen pensar que estoy en el momento correcto en el lugar correcto lista para aportar lo mejor de mí y vivir nuevas experiencias.
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